Mis garras afiladas y heridas,
se hendirán en tus mejillas.
Mi pico plateado y hambriento,
te sacará los ojos.
Saciada y a la deriva,
te tiraré al mar.
Todavía enredada entre tus barbas,
le pido a Poseidón que te convierta en coral.
Del hilo del gallo, no puedo escapar!
Pero lo sueño, lo sueño, lo sueño en el Egeo.
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