martes, 31 de marzo de 2015

Muestra marrana 2014.

Estuve en la VI Muestra Marrana de Barcelona en 2014 y me traje estas foticos y alguna más.
Qué decir de este evento, que este año se repite ni más ni menos que en México... Pues que no te deja indiferente como poco.


En las imágenes Miss Perkances se saca seis boas de plumas de su amplia, amplísima vagina.

Sin género de dudas.



Brenda Hielo.







Aquí Brenda Hielo, musa italo-barcelonesa...

lunes, 16 de marzo de 2015

Mucho más que arte y reivindicación en el Parque Bruil

¡Gracias a todas y todos!

Finalmente la jornada del Parque Bruil, con la pequeña muestra de Land Art que montamos fue un éxito de participación.
Cientos de personas, mayormente niños y niñas, plantaron sus dos arbolitos y reivindicaron este espacio verde zaragozano como lugar vivo y de barrio.


Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa labor creativa de Serafina Balasch y Gerardo García con su sombra de árbol inexistente.
Nemesio Mata y María Urra con su crisálida.
Miguel Ángel Gil con su árbol de frutos imaginados.
Ada y su ruta de huellas de osa, en recuerdo de la osa que vivió (o más bien sobrevivió) en una jaula en el parque.
Andrea y su sol de ramas en torno al longevo almez.
Sonoko con su propuesta de ikebana.
Y ya en las artes escénicas allí estuvo Gonzalo Catalinas bailando, con Alfredo Porras a la música y canto. Pequeña representación de la compañía Ma-Jo que fascinó a los más peques.


Yo misma también puse mis pequeñas esculturas, organicé las cosas lo mejor que pude y hasta me tocó hablar y echar una mano en todo lo posible.
Recuperé además una obra mía, nido orgánico que trabajé durante meses cual cigüeña en vez de Paloma, donde bailo Gonzalo.
 

Y gracias a los fotógrafos que cubrieron el evento Francho Felices y Julio Marín que ha dejado esta estupenda galería de fotos.

Pero todas estas personas no estuvieron solas.
Allí estuvieron echando una mano, montando obras, pidiendo voluntarios y apoyando todo un grupo de gente a la que le gusta crear cosas y ayudar a que otros las hagan. Besito general.

A falta de ir colgando imágenes os dejo con el making-off del evento, realizado por mi esforzado fotero de guardia con su cámara de baratillo.

En breves más fotos.

 


Transportando el nido para la danza. Toda una hazaña


  

Andrea y su sol de ramas






Sera y Gerardo montando su sombra de árbol inexistente



  
 Mis esculturas diseminadas antes del montaje

 Sonoko preparando su ikebana


 Gonzalo preparado para la danza


Una crisálida que contiene deseos

viernes, 13 de marzo de 2015

Land Art en el Parque Bruil

 
Hay quien no se quiere enterar, pero el barrio de la Madalena, en el Casco 
Histórico zaragozano, es todo un hervidero de creatividad, de artistas que 
vamos por libre, que hacemos cosas dentro del barrio pero también para él. 
 
 
Y un año más la Madalena se mueve por su parque Bruil, que sufrió una
demencial reforma hace unos años y en el que han muerto decenas de sus árboles.
Por ello este domingo 15 de marzo a partir de las 11.30hs hay una plantación 
popular y varias actividades infantiles. 
A la plantación, convocada por las asociaciones vecinales y AMPAS de los coles
del barrio, nos hemos sumado unas cuantas personas creativas que nos movemos y 
vivimos en la Madalena. 
 
Y esto es lo que os proponemos: 

 
 Instalaciones

- Nemesio Mata con María Urra.
- Serafina Balasch y Gerardo García.
- Miguel Ángel Gil.
- Paloma Marina.
- Andrea.
- Ada.

Ikebana (Arte floral japonés)

- Sonoko Inoue (Profesora de la Escuela Ikebana Sogetsu)
 
 
Pintura en vivo
 
- José Luis Gamboa
 
Danza Butoh

- Compañía Ma-Jo

Con Gonzalo Catalinas y Alfredo Porras (Essential Sound)
 
Y, sin ánimo de protagonismo, una servidora ha hecho de comisaría de toda 
esta tropa que va a contar un montón de cosas desde sus cerebros, con sus manos 
y con los materiales reciclados que el propio parque nos ofrece.
 
 
¡NO TE LO PIERDAS! 

jueves, 12 de marzo de 2015

Nevado regalo para la bestia

A propósito de mi pequeña escenografía navideña (o casi) Valentín Corraliza y Xavi Buil escribieron esto y también me lo publicaron en el Pollo Urbano.
Qué majos.
Por una vez, sin que sirva de precedente, me veréis en persona.
Ya en junio de 2014 había hecho otra intervención en el escaparate del bazar Quiteria Martín que también fue reseñado, con el título SCUM
Chuches y un poquito de creatividad.

     El escaparate del mítico bazar zaragozano ‘Quiteria Martín’, una vez más, sirve para que la aragonesa Paloma Marina ejecute, nunca mejor dicho, una instalación a modo de collage en el entorno navideño, donde el folclore español y la célebre fábula del monstruo toman cuerpo en una aventura que nos guía a través de los parámetros económicos y sociales que administran la cotidianeidad.
    Un ámbito este en el que surgen las motivaciones de esta artista para resucitar ese renacimiento cultural representado por la vanguardia.


     La instalación del escaparate se ofrece como un guiño al ‘King Kong’ de Merian Cooper y Ernest Schoedsack, campeona indiscutible de todas las películas de monstruos, en esencia una fábula de la bella y la bestia, decía, protagonizada por un simio gigante. El monstruo, en realidad, se siente intimidado por la belleza de una joven y lo primero que hace es retenerla como prisionera de amor. Ya saben, solo recuperará su primigenia configuración humana, dice el texto homónimo, al ser amado sinceramente por esa muchacha de buen corazón. Si en la adaptación fílmica es la belleza lo que mata a la bestia, Paloma Marina invierte el mito y es la bestia quien aniquila la belleza. En el centro de la acción, en efecto, el gorila porta en su mano derecha el trofeo de la mujer decapitada.
   

Son los personajes del folclore español (los baturros, la andaluza, el pamplonica, la fallera) los que ofrecen el regalo navideño (y nevado) al dios de la furia, a quien, por supuesto, no le interesa la figura de Santa Claus, también decapitado. Todo ello en una atmósfera irrealmente onírica, de rara y delirante fascinación, que destaca por su poder imaginativo mediante una insólita mezcla de romance y horror, de danza tribal, una combinación –los frascos de cristal, el huevo de Pascua, las bolsas de cotillón- de inaudita sensualidad y de mágico poder poético.
    Como una investigadora de los nuevos órdenes, unidades y sentidos para un mundo ya fragmentado, Paloma Marina trabaja en un proceso emancipador, más allá de la alternativa plástica, y logra, al fin, establecer una peculiar relación entre las partes de un todo, al margen de si la naturaleza de esa unidad es infinita o finita, abierta o cerrada, transparente u obtusa. Una sensibilidad del hecho que acentúa la posibilidad de múltiples y hasta infinitas lecturas, como un intento de estrechar los lazos entre la producción y el consumo. O como reproductor, al fin y al cabo, de la dialéctica entre posesión y alienación.
     Al gigantesco gorila, recuerden, lo explotan como atracción de feria. Y de visión, recuerden otra vez, imprescindible. Pero al poderoso King Kong, ay, no le gusta que lo metan en una jaula. Se larga, claro, y causa grandes destrozos en la Gran Manzana neoyorquina. Ahora, maldita sea, Paloma Marina lo mete en el escaparate del bazar ‘Quiteria Martín’. ¡Que tiemble la calle Mayor!

Postales de Tierra Santa

Con un poco de retraso y agradeciendo el apoyo a El Pollo Urbano que nos publicaran este artículo, hace ya un tiempo...

Con retraso, pero en su momento, el artículo estuvo de plenísima actualidad.






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Un artículo de J.M. Marshall y Paloma Marina

     Ir de turismo a eso que llaman Tierra Santa no deja indiferente a nadie. Sea por lo que sea, desde verte abducido por un arrebato de fe judía, cristiana o musulmana (táchese lo que proceda) a ejercer de turista solidario y entregar un poco de tu tiempo a quienes peor están, que son legión, es imposible que esa tierra no te deje poso.
     Pero como uno viene a estos sitos a hacer de turista, que esencialmente es un mirón con ínfulas, lo mejor es quedarse con unos cuantos flashes, unas postales que compongan un poco el cuadro.

     Primera postal, cortesía armada. Quien espere encontrar amabilidad entre los israelíes probablemente tendrá que buscarla a fondo y sacarse la espinita que produce estar permanentemente rodeado de personas que portan un subfusil automático, ya sea M16 o Galil. Aquí, de niño, aprendes nombres de juguetes, muñecas o marcas de coches, y en Israel puedes aprender de armas, todo esto después de ir en tu tierna infancia a Masada a jurar morir por tu país. Las armas están tan presentes en la geografía cotidiana como el color oliva de los uniformes de los miles y miles de soldados que acompañarán tu viaje.
    Mirada religiosa. Tiempo de oración. Ya sea de rodillas, balanceándose frente a un muro o cargando un crucifijo es imposible pensar Tierra Santa sin su aroma santurrón y con un punto fanático. En la santa Jerusalén las callejas serpenteantes son recorridas por beatas con rosario, barbudos de diversos pelajes y todo lo último en moda medieval de vestimenta, con un toque retro de la Europa del Este que aportan los judíos jasídicos. En esto sí que hay una gran diferencia con los sitios turísticos habituales. No van disfrazados, se lo creen.
   Parada turística, otra postal. Imprescindible si entras o sales de Palestina, si cruzas el desierto, si entras a una estación o, incluso, una oficina de correos. Una parada turística inevitable es el checkpoint. Los hay más rutinarios con su scanner y detector de metales, más cool, con sus garitas refrigeradas y sistemas informáticos. Pero también abunda el estilo desenfadado de la barrera de hormigón que bloquea el paso, e incluso el toque más bélico del parapeto con su lona de camuflaje. Sobre cortesía en los checkpoint, diríjase a la primera postal.
     Bantustanes de nuestro tiempo. Técnicamente, un bantustan se denominaba en África a la porción de tierra cercada donde vivían habitantes no blancos. Vallados o no, seguro que no tenían la espectacularidad del Muro de Cisjordania. Una vista de más de 700kms de torretas de vigilancia, alambre de espino, cemento y acero que es un verdadero reclamo turístico bastante fotografiado. El mediático Banksy estuvo aquí y seguro que también se estremeció.  El muro es la oportunidad de oro de encontrar street art de diversas partes del mundo y humildes relatos de una realidad muy dura.
    Y esta postal, ¿cuánto me cuesta? Inflación galopante y precios desbocados. Pero si yo pensaba que aquí el nivel de vida era más bajo… Seguro que sí, pero eso no es óbice para que el coste de los productos más básicos sea desorbitado. No se olvide usted, sr. turista, que aquí lo importamos todo y que gastamos mucho dinero en un estado de guerra permanente. Hay quien dice que hasta una quinta parte de todo el Producto Interior Bruto israelí va destinado a la militarización del país. Respecto a los palestinos, lo que no es proporcionado por la ONU depende de Israel, por lo que una persona que gana de media unos 300-400 euros al mes paga casi un euro por un simple yogur, por poner un ejemplo.
    ¿Quiénes son estas personas? Estás en Belén pero no es Belén, o en Jericó pero no es Jericó. Son más de dos millones y son los habitantes de ninguna parte, los no censados más que por la ONU, los que construyen barrios, porque en algún sitio han de vivir, pero resulta que se llaman campos. Algunos ya van por la cuarta generación y los llaman refugiados. En principio, ahí seguirán. Algunos se consideran afortunados, mira qué cosas, porque, dentro de lo malo, están en Palestina y no en el inestable Líbano o, peor aún, en Siria. Aqabat Jaber, Aida, Balata o Tulkarm son las tierras de nadie. Como siempre se puede estar peor, puedes tener muy mala suerte y recalar en Gaza, a tiro de bomba inteligente o en el lugar equivocado. Por ejemplo, sobre un túnel de Hamas…
      La postal amable, la sonrisa de un niño. Si de algo andan sobrados en Tierra Santa es de críos y crías. Con unas medias de natalidad inconcebibles para el estándar ibérico, son el desdichado daño colateral, ese cruel eufemismo. Una infancia que vive condicionada por el conflicto, por la imposición religiosa de la casa en la que naces y que te acompañará de forma permanente, a no ser que abandones tan santo territorio por otros más paganos.
     Mejor quedarse con esta última postal de esperanza, ya que parece que una vez más ha sido imposible que este breve artículo salga imparcial. Nadie lo es y son muchos, demasiados, los actores en esta película, mezcla de cine bélico y thriller político. Es bueno ver en persona las cosas, mejor reflexionar sobre ellas y pensar que, a menudo, nos venden demasiadas postales, demasiados clichés como reales, cuando en realidad puede que estemos mirando un enfoque fuera de cuadro.